20.2.12

Y las luces se vuelven efímeras, mientras tus suaves manos de lija, acarician mi inconsolable piel de porcelana, marcándola en un suspiro eterno, en un fugaz haz de luz. Y en un murmullo mis lagrimas generan océanos, y tus pasos escriben caminos.
Y mientras te busco en lo más profundo de mis ojos, descubro colores que no conocía, escucho melodías que dan vida y roban jardines en primavera. 
Creo un arcoiris de mil matices, con el solo recuerdo de tu melodiosa voz, en un continuo susurrar, que solo sabe decir adiós!, bye! bye!
Dejando toda esta historia en pretérito, con sus principios y finales inconclusos, en una incógnita eterna, en una melodía interminable y agonizante, en los continuos gritos de nosotros (animales heridos a muerte), huis, sin siquiera tenderme, o tenderte una mano, te vas recitando (como siempre!) ADIÓS!, BYE! BYE!.

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