23.7.12

Calidez de intuición al abrir mis ojos y verte 
Navego sin rumbo por una sociedad hipócrita 
Y corro en un pantano del que es muy difícil huir. 
Encuentro una respuesta en un charco de barro 
Me dice que juegue y no pierda 
Te doy un lugar en mi ser, imposible de culminar 
Sos un ser irrepetible y genial 
Oírte aqueja mis dudas existenciales 
Y me encierra en una burbuja... No hay un final. 
Me contagias de locura instantánea al solo vibrar. 
Mi cuerpo palidece de solo pensar 
Las cosas únicas que jamás 
De mi mente voy a borrar . 
Rio de todo, juego en tus ojos 
Fuentes de luz, irradian mi ser. 
Aguardo tu partida, no llega 
Y me dejás tranquila 
Mezclamos sensaciones superfluas, infinitas 
Solo un mínimo instante 
Y... 
DESAPARECÍ... 

19.5.12

Rodó por el callejón sin salida, perdiendo sus valores por ahí, robándose mentiras y verdades, ajusticiando con toda su falta de justicia.
Sus pupilas crecían con el correr de las horas, acrecentando incansablemente el temblor de sus manos, cual hojas de otoño en medio del viento sur.
Y en el medio de aquella vieja canción, se dio cuenta de que ya nada tenía sentido, que todo se había esfumado como la neblina al salir el sol.
La soledad invadió sus poros, y quemó su sangre como ácido, llenando toda cavidad posible en su cuerpo, creando una orgía de sentires en su cerebro, alocado por la cocaína.
Y atormentado en esa revolución, descubrió su potencial enemigo, EL MISMO, volviéndose un solitario lobo de ciudad, sin instinto ni olfato, sin un solo modo de sobrevivir en esa selva alocada y enloquecedora.
Su autodesterró de una sociedad que podría haber borrado sus miedos y prejuicios, en un solo soplo de dignidad, en un solo "la" de canción, en solo un roce de pieles ardiente, o labios enfebrecidos.
Sólo supo cerrar los ojos, para jamás volver a despertar, para alejarse de esa eterna noche que invadió por tantos milenios sus pupilas...
Aveces me despierto sin saber quien soy o que soy, parada en un esqueleto insulso que descansa dentro mio, imposibilitandome el diferenciar mi pesadilla de tu sueño, mi sueño de tu realidad. 
Otras mañanas soy el bosquejo de una idea que ningún soñador supo expresar. 
Pero algunas otras, me levanto con tu perfume, y tus suaves manos rodeando mi abdomen, y simplemente, me doy cuenta que ese es mi hogar,mi castillo con mi propio príncipe azul dentro, mi reino de absoluta paz, y ahí, SE QUIEN SOY
  Mil noches jugando al amor, rodando por el callejón, con los ojos en blanco y negro, y una astilla en el corazón.
  Pies cansados de tanto andas en calles de lodo y azafrán y miles de lagrimas derramadas por amores baratos. 
  Un instante de paz que valga todo y nada, un momento de calma en esa eterna tempestad, inocua e intoxicante.
  La mano que te salve, el sueño que te sueñe, el amor que te ame y la libertad que te atrape.
  Como mosca volviste a caer en la trampa, agonizando otra vez, llorando miseria sin nadie que crea tus penas, ni nadie que llore a tu lado.
  Volviste a mentir, volviste a traicionar, volviste (siempre) a perder, por tu propia decisión, por tu propia voluntad... volviste a rodar en el chiquero que te autocreas, para ser eso, siempre el cerdo (que es más fácil!)
  Y volviste a engatusar, volviste a herir y traicionar... Pero esta vez te quedaste con tu locura, y, esta vez, perdiste vos.

30.4.12

A veces creo perderme en tu mirada, obnubilarme en esas puertas del alma...
Y mientras te acaricio no importa el pasar de las horas, ni el caer del sol, siempre se que hay un minuto más.
Mientras recorro tu cuerpo en un beso efímero y eterno, pierdo la memoria y la cordura, en un suspiro perpetuo, en gritos y placeres al caer la luna, en hierbas en mis pulmones, y chocolates para bajar... 
Vuelvo a caminar por el riesgo, sopesando siempre la idea de caer, pero confiando en vos, y en que no me dejaras herir con nada.
Busco el camino (otra vez!), pero de tú mano.
Sin nada escrito, pero con todo un futuro por escribir. 
Con el alba golpeando las puertas de este nuevo día que amanecemos juntos, disfrutando de la bella fatalidad de saber que nada y todo no tienen fin...

6.4.12

No le temo al ocaso. Ni al alba que marque un nuevo día.
No tengo miedo a tus ojos, ni a tu aliento de la noche anterior,
solo temo perderme en la locura que corre por mis venas,
al parafrasear sobre el futuro, sobre los rayos del sol en mi piel, una vez más.
Temo a la locura, pero temo más a la sensatez.
Solo cavilar sobre la ausencia de tu piel en mis sabanas,
produce un temblor en mi alma, vendiéndosela al diablo,
por una céntima de anestesia que calme el ardor.
“Displicuit nasus tuus”, y corrió por el camino al Gehena.
Extraño tus clamores al amanecer, tus gritos de lucra y tus quejas insensatas,
tus vicios, pero por sobre todo, echo de menos tu morbosidad (casi poética)
que le daba lo que le faltaba a mi noche, “ad infinitum”.
Mis manos se aferran a soluciones efímeras, y a silencios al hacer el amor.
Cada vez me cuesta más mantener el hilo, no irme por las ramas de mi pensar,
no dejarme llevar por esperanzas absurdas, de retornos heroicos y realidades felices.
Pero ya no detesto el crujir de las hojas de otoño bajo mis pies.
Ya no le temo al nuevo comienzo de un helado invierno, y eso me hace fuerte… CREO.

2.4.12

Vuelve el insomnio.
Volvió con tu recuerdo, y con tu perfume, acompañado de tu imagen en mi retina (imborrable e invariable).
Le vendí mi libertad a ese fantasma, hace una larga primavera, rogándole solo no desear volver, y me embauco.
Me pierdo en las sombras, en el comienzo del frío, y extraño prepararte café.
Todo duele morocho, todo sufre en mí...y me enojo; por darte este lugar, por darme el lugar.
No comprendo como puede doler tanto aunque el reloj siga corriendo, y corriendo, incansable.
Pierdo y doy de nuevo. Vuelvo a perder, y hoy... ya no quiero jugar...

23.3.12

Las ultimas aventuras se escapaban delante de mi nariz, y solo supe correrlas.
Agotada y angustiada, perseguí ilusiones vanas y oscuras.
Rodeada de perros feroces, y sus afilados colmillos.
Un paso en falso, podría conducirme al infierno; pero un paso solo es eso, un paso.
Pequeñas partes de la hoguera de la vida, cruel enceguecedora.
Victorias, derrotas.
Derrotas, victorias.
Marcas a fuego en sacos de piel que lloran, aferrando sus últimos minutos
al Dios en el que nunca creyeron.
Sus cansados ojos lloran sangre y mil, crean e alimento de esos crueles ángeles morbosos, 
que un día cayeron en picada mortal, como nosotros.
Frios, helados, helados en el medio del ardor del inframundo.
Y me aspiran. Y aspiro.
Aspiro su magia y su locura, para ser solo eso,
un helado ángel, en un hirviente infierno...

22.3.12

COMPUS SUI, COMPUS OMNIUM...
Y mientras esa noche llenaba de humo mis pulmones
y hartaba de alcohol mi sangre
bailamos dance macabre
sin otro final que el puto fin.
Soñé con que soples mis dolores
y llenes mi alma
alejándome de todo lo demás
mientras sonreía, apurando el tramite
dándote lo mejor de mi.
Jamás mire atrás, ni busque consuelo en un hombro que no sea el tuyo.
Nunca sustraje de mi ni un solo recuerdo,
ni un ínfimo instante le robe a mi memoria.
Deje en mi lengua todos tus argots
y seguí jugando al truco.
Volví a tomar vino con las comidas,
y esperando un nuevo despertar.
Mis sueños de revolución, siguen acompañados de tu mano;
entonces,
cual es la lógica de esto?
C'est la vie! C'est la vie!
Sueños y esperanzas,
pesadillas y perdidas,
se entremezclan en mi cabecita loca.
Mierda! Mierda, mierda!
Otra vez me tope con tu perfume en la calle
Y (otra vez) caí y me desarme por ahí...

19.3.12

Insomnio. Espejismos inauditos de una mente psicópata.
Me disfrazo, engaño mis sentidos con drogas lisérgicas. 
Creo realidades al son de un hi-hat.
Pero todo se desvanece cuando apareces,
nublando todo, retrayendome de nuevo al pozo,
otra vez en cero...
Volves a ser omnipresente, ocupando todo,
volviendo mi mundo (otra vez) a tu órbita,
EGOISTAMENTE.
Me escondo, mientras el barco se hunde.
Todo se oscurece, y no te encuentro
Sin descanso te busco,
humilde y codicioso ser.
Con tu obnubilante presencia
creaste una realidad absurda
parecida a una epopeya,
ambientando tu papel
a un héroe  mitológico, dejando de mi,
solo las cenizas del fénix que un día fui.