12.2.12

Perdiendo el rumbo, torciendo el destino en oscuros placeres, hundiendo tu nariz cada vez que lo crees necesario.
Ya no sos nada, nada más que un deslucido recuerdo de una gran personalidad.
Queres que crean que conoces el cuento de la vida y la muerte, sin saber, que se que sos demasiado débil para comprender sus transluces.
Y corres aparentando brillar, pero solo reflejando lo que te rodea. Frena!
Deja de empañar tus lentes y no ver más allá, deja de auto satisfacerte con rostros inertes, deja de buscar placer en momentos insulsos y vacíos, cortala con llenar tu mente de nada, busca la luz, florece de una vez y retoma tu camino.
Como siempre, acá tenes mi mano... 

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