2.2.12

Me hundo más en mi, me encierro en mi vacío, me trastorno en mi soledad, creo paralelismos morbosos de realidades absurdas, y en ellos te encontramos, yo y mi soledad.
Busco incansablemente el porque tu amor me obsesiona, porque tus ojos siguen dándome descargas.
En mis mambos encuentro, risas, llanto, odios, pero nada es mio, solo parte de ese momento.
Un día me enseñaste que solo eras un conjunto de circunstancias, que eras "la resaca de un inmenso sentimiento sin dueño, de por si inconcluso", y ahí me di cuenta que te amaba, que eramos tan parecidos.
No podemos ser nada, ni nadie, pero sabemos que somos todo.
Daría Lo que sea por perderme de nuevo, suspenderme en el cosmos con vos, y al mismo tiempo, sería cualquier cosa por olvidarte, por dejar de pertenecer aun dueño sin rostro, ni corazón.
Solo seré siempre humo de esa pagoda que encendiste un día, solo serás siempre, el dueño de una rosa llena de perfume, única e irrepetible, que no supimos valorar.
Y te espero, sentada en el nuevo e incomodo sofá, rogándole a las estrellas que algún día desciendas de ese asteroide y vengas a buscar lo que es tuyo, lo que siempre será para vos, sin perder jamás la esperanza de encontrarte en el camino y regalarte mi mejor sonrisa y mi perfume más dulce, siempre teniéndote en mis pesadillas... 

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